¿Te cansaste de leer críticas del Wikén que -nadie sabe por qué- nunca opinan como tu? Estos son los cuentos y análisis de la travesía que significa para mí mirar cine. Sea una patética megaproducción gringa, o una inentendible obra mongoliana, siempre hay algo que decir y espero que más de alguna vez estén de acuerdo...

viernes, octubre 13, 2006

Panico y locura por escribir en este blog

Renace el Blog. Tuve muchos problemas de tiempo y motivación. Pero ahora sí que empieza. Y disculpen el siguiente lenguaje… Es sólo un personaje.

Muchas veces, cuando las copas nos empezaban a hacer sentir que la vida era más linda de lo que veíamos durante el día, aparecía mi amigo, el Chico, recomendándome películas como en un éxtasis de cinefilia. -Eso antes de que nos costara pronunciar palabras en inglés o yo me abalanzara sobre alguna mujercita distraída-.

Pero éstas películas se tenían que relacionar con el momento, así que rápidamente evocaba las que nos podrían hacer sentir vivo el lado B de la realidad: el con las sustancias.

Y me dijo el Chico: “Pililo, ve Pánico y locura en las Vegas”. Y yo le dije “bacán!, pero quién la dirige chiquitín”, y me respondió con mucha gracia: “el señor Terry Gilliam”. Y ahí me empecé a atormentar.

Por que, puta madre (perdón la expresión), -y ya es un tema habitual en este blog- NO SOY CAPAZ DE ENTRETENERME CON ESTAS HUEVAS RARAS. Por que antes de hacerlo me atormento y racionalizo todo. Tengo una tremenda tranca con Kusturica -"La vida es un milagro", "Underground"-, con Gilliam, con y todos esos locos que usan demasiados gran angulares, cámaras en diagonal y personajes sobre actuados. Me gusta dejar eso para verlo en el teatro, con personas reales que no les queda otra que sobreactuar.

Pero dije: Ya hueón tarado, si esta huevá es la focalización de un par de huevones llenos de droga, entonces se justifican todas esas huevás raras por que los locos tienen una realidad distorsionada. Además, me voy a cagar de la risa por que me puedo sentir identificado (ya po Rodrigo, no mostrís la hilacha). Y llamé a mi amigo más cinéfilo de la vida para que me explicara por qué me tenía que gustar la cuestión, y me dijo que sólo viera lo linda que era y que parara de lloriquear como una niña. (Ese amigo ese el Nico)

Entonces me puse a ver el DVD en mi pieza solo tomando cerveza y comiendo puré con lechuga y salchicha.

Y me encontré con Jonhy Deep, ese hueón al que empezaron a amar las minas y los púber desde que salió Charlie y la fábrica de chocolate, considerándolo el mejor actor de todos los tiempos y el hueón más mino de todos, no sé por qué chucha (para mí siempre va a hacer papeles como Keith Richard); Y Benicio Del Toro (que está haciendo ahora una película sobre la revolución cubana porque es igual al Ché Guevara -Rodrigo siempre dando datos FREAK, a??- ), haciendo los papeles más PIANTES de la historia del cine (siempre me van a salir hueones cuenteados que vieron películas con personajes más piantes y que me van a corregir… pero puta madre, el hueón de réquiem era MUCHO más piante, pero nicagando me hacía reír!, por lo tanto se convertía en un hueón decadente).

Y una especie de Road movie -sin mucha trayectoria- (Thelma and Louis sí que es un ícono de las road movies), con unos flashbacks rarísimos cuando a don Güilliam se le paraba el poto, con una historia que poco importaba y con una maleta llena de drogas que uno esperaba disfrutar con ese abogado y ese periodista que iban en busca de una historia, y que ojala se gastara completita antes de que terminara la película (Oye no soy drogadicto, pero causa curiosidad no?).

Y como siempre tengo que demostrar que estoy estudiando cine, les digo: espectacular fotografía, la cagó. (¿Hay cachao que esos conceptos te hacen un bacán del cine por unos minutos?). No pero en serio. Y un arte que se TIENE que esperar de este señor director y que, por supuesto, no decepciona en lo más mínimo. Por que en verdad me causa muchísima gracia si el huevón de Johny Deep está terrible de drogado con una huea que “hacía que la mezcalina sólo pareciera malta”, y Del Toro se pone a ver tres teles que están montadas como en un cerrito de televisores exquisito.

Y aunque Jonhy Deep no me haga gritar como una niñita de quince, no voy a olvidar su paso con las patas abiertas como si se estuviera haciendo caca, sus alucinaciones de reptiles teniendo sexo y la grabadora con que registraba toda su travesía por ese estado mental, que quizás es más real que con el que TU estas leyendo ESTO.

En fin, no me quiero cuentear más. No creo que sea una película llena de mensajes, ni con un guión de peso que me deje reflexionando ni antes de ir a dormir con mi perro de peluche (que tengo desde los “un años”). Es sólo un regalito; una travesía de alucinógenos, o una “pelada de cable” como más de alguno pueda considerar. Pero es todo eso, más una obra estéticamente perfecta. Qué más importa.

Y si quieren un mensaje, vean el primer minuto y listo:

Aquel que hace una bestia de sí mismo, se libra del dolor de ser un hombre

Dirección: Terry Gilliam.
País: USA.
Año: 1998.
Duración: 118 min.
Intérpretes: Johnny Depp (Raoul Duke), Benicio Del Toro (Dr. Gonzo), Ellen Barkin (Camarera), Gary Busey (Policía), Cameron Díaz (Periodista), Tobey Maguire (Autoestopista), Christina Ricci (Lucy).
Producción: Laila Nabuisi, Patrick Cassavetti y Stephen Nemeth.
Guión: Tod Davies, Tony Grisoni, Alex Cox y Terry Gilliam, sobre una novela de Hunter S. Thompson.
Fotografía:
Nicola Pecorini.
Montaje: Lesley Walker.
Música: Ray Cooper y Michael Kamen.
Diseño de producción: Alex McDowell.

EL REGALO DE HOY para los que me perdonaron por no escribir en harto tiempo:
Un mini corto que hice el otro día (ya se me acabaron los chistosos, sori)... Nos vemos, lectores bacanes...