Lo más difícil es elegir la película... La gracia es que la estén dando todavía en el cine y quizás algún día gane un premio por llevar a un gran grupo de seguidores a llenar asientos.
Hace poco un amigo me invitó a la playa, en las vacaciones. En una sala en que había mesa de pool, de pin pon y unos sillones con una televisión se encontraban tres niñitos viendo "Vecinos invasores". Para ser simpático les pregunté de dónde sacaban esas películas que aún no estaban en DVD. Pero agresivamente el niñito empezó a preguntarme "miraaa, ¿hay visto Munich?... "No" le respondí con verguenza... "yyyy ¿hay visto Match Point?... "Tampoco" le dije mirando para otro lado y viendo como mis amigos se reían de mí. Entonces llegué a Santiago y me puse a ver Match Point urgente. Qué se cree ese niñito viendo películas para grandes. Es más, ¿la habrá visto? Pendejos cuentiados creen que lo saben todo.
Y es por ese ataque a mi orgullo que ahora hablaré de la película.
Nunca me gustó Woody Allen. Me parecía patético que actuara en sus películas con ese "entusiasmo por estar actuando" más que "realmente actuando el papel que tenía que hacer". Pero bueno, son sus guiones y quizás así era estrictamente la cosa, digamos, un "papel de alguien muy entusiasmado"... La verdad es que no había visto ninguna de sus películas creo. Y menos lo iba a hacer si es que todos lo consideraban un dios del cine y yo lo que veía era un petaco con anteojos. Y yo también uso anteojos pero les aseguro que no tengo esa cara de pelota...
Hasta que entré a estudiar cine. Y me tuve que poner serio (cosa que me cuesta). Descubrí que se podían ver ciertas películas de este personaje y considerarlas verdaderas cátedras de buen guión, pulcro, esquicito. Pero sin lugar a dudas había que absorver su estilo. Y si en cierta medida te cansan los atiborrados paisajes newyorkinos y el jazz fusión sin parar, sentiras "cierta" molestia al ver varias de sus películas.
Pero me tocó ver Match Point, más por su pencazo mediático que otra cosa. Más que mal decían que era lo mejor de Woody Allen. Y aunque mi amigo más cinéfilo me haya recomendado ir al cine (sin pareja ya que hubiera sido medio extraño), reconozco, perdónenme, haberla visto en Divx... Lo más shanta de la vida.
Y me sorprendí al ver que toda la película era en Londres. Y no en cualquier parte, si no en los barrios más aristócratas de una cuidad en que la elegancia (y la plata) es fiel reflejo de esas casas y patios inmensos que sólo veo en esas revistas que derepente aparecen abajo de la mesita del living de mi casa.
Derepente, en medio de este panorama, aparece un jóven jugador de tenis ya retirado por fracasado, Chris (Jonathan Rhys Me-Yers), quien se pone a hacer clases de este deporte en uno de esos clubes caros que allá deben haber. Conoce a uno de los más cuicos, Tom (Matthew Goode), de los que van todos los findesemanas a la ópera, y forman una linda amistad profesor-alumno, en que este último "apadrina" al prota. Ya las cosas eran lindas -como las mismas casas del lugar- cuando la hermana ricachona (en plata) conoce a Chris y se enamora rápidamente de él.
Pero para, era todo muy lindo y la tragicomedia Allen aún no comienza... Claro hasta que aparece Scarlett Johansson en la casa del amigo y cuñado de Chris -y de su novia-, esquicita como nunca (en serio), representando a una actriz media liberal americana. -Es extraña la actitud extremadamente coqueta que tiene el protagonista al verla, con una respuesta inmediata de la mujer, ya que para mí antes de eso era una especie de niñito introvertido, pero en fin-. Lógicamente el enredo aún no podría sostener por una hora y media una película de la que me habían hablado tan bien.
Y es ahí cuando el amigo y cuñado de Chris, Tom, llega a darle un beso a la hermosísima mujer... Ups.
Una historia sobre escalamiento social evidente -e inminente-. Un personaje que llega sin tantas metas y termina ascendiendo rápidamente en la exitosa empresa del suegro en la semana, y disparándole a patos el findesemana en una lujosa casa de campo. Historia que termina en lo más inesperado, en serio. De hecho creo que el final raya en lo inverosímil, pero uno se lo cree y por supuesto perdona, al haber estado viendo un guión esquicito, con personajes meticulosamente desarrollados y detalles que se agradecen, todo en un submundo que sólo podría haber sido ese.
Match Point es una especie de oda a la suerte, al azar, y cómo la vida se desarrolla a partir de esto.
La recomiendo absolutamente. Pero ojo, hace dos findesemanas vino mi tío a almorzar y, después de darnos una cátedra sobre Morandé con compañía decidió hacer su crítica de cine, situando a esta obrita en el peor de los rankings -factor que ayudó a que yo la viera-.
Saludos a mi tío.
Comenten.
Dirección y guión: Woody Allen.
País: Reino Unido.
Año: 2005.
Duración: 123 min.
Género: Drama.
Interpretación: Jonathan Rhys Meyers (Chris Wilton), Matthew Goode (Tom Hewett), Emily Mortimer (Chloe Hewett Wilton), Scarlett Johansson (Nola Rice), Brian Cox (Alec Hewett), Penelope Wilton (Eleanor Hewett), James Nesbitt (Detective Banner), Alexander Armstrong (Sr. Townsend), John Fortune (John), Ewen Bremner (Inspector Dowd).
Producción: Letty Aronson, Gareth Wiley y Lucy Darwin.
Fotografía: Remi Adefarasin.
Montaje: Alisa Lepselter.
Diseño de producción: Jim Clay.
Vestuario: Jill Taylor.
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